Las superlunas son eventos astronómicos tan habituales que generalmente se registran entre tres y cinco veces al año.
Durante esas noches especiales, el diámetro aparente de la Luna puede aumentar hasta 14 % y su brillo hasta 30 % en comparación con la luna más débil del año, ofreciendo un espectáculo visual que atrae la atención de astrónomos y amantes de la naturaleza por igual.
Pero, ¿qué es exactamente una superluna? Como explica la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), ese fenómeno ocurre cuando la luna llena coincide con el punto de aproximación más cercano de la Luna a la Tierra en su órbita elíptica, conocido como “perigeo”.
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Aunque el término “superluna” ha ganado popularidad, es importante mencionar que no se trata de una designación astronómica oficial; el término técnico correcto es “perigeo-sicigia lunar”.
El concepto de superluna fue introducido por el astrólogo Richard Nolle en 1979, quien sugirió que la superluna podría estar relacionada con fenómenos meteorológicos extremos y terremotos. Sin embargo, hasta la fecha no se ha encontrado evidencia científica que apoye la afirmación.
A pesar de la controversia respecto a los efectos de la superluna, lo que sí es cierto es que estos eventos provocan un aumento notable de la atracción gravitatoria de la Luna sobre la Tierra, lo que a su vez resulta en mareas más vivas y extremas, tanto altas como bajas.
Esos cambios en el nivel del mar se hacen más evidentes durante la aparición de una superluna, lo que refleja la potente influencia que nuestro satélite tiene sobre el planeta.