Los expertos en salud pública han puesto atención en la forma en la que los mexicanos obtienen su principal fuente de azúcar, ya que el consumo de bebidas azucaradas, como refrescos, jugos, yogures y leches de sabores, constituye un alto riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares, obesidad y diabetes.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), los refrescos y otras bebidas azucaradas representan el 70 % del consumo de azúcares en la dieta diaria de los mexicanos.

La revista científica Nature publicó un estudio que reveló que de los 25 países con más población en el mundo, en México es donde se consumen más bebidas azucaradas, con un promedio de 8.9 porciones a la semana; y en segundo lugar, muy por debajo de la media mexicana se encuentra Etiopía, con 7.1.

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Los azúcares únicamente aportan calorías a la dieta y se almacenan en el cuerpo en forma de tejido adiposo, es decir, grasa, que también aumenta los niveles de azúcar en la sangre y desencadena reacciones metabólicas en el organismo, como una mayor demanda de insulina, que puede derivar en diabetes.

Estimaciones realizadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía revelan que cada hora mueren al menos 27 mexicanos por daños derivados de la obesidad y el sobrepeso.

Aunque las empresas promueven el uso de sustitutos de azúcar como opciones más saludables, la Organización Mundial de la Salud advierte que si se consumen por un tiempo prolongado, aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y otras enfermedades cardiovasculares.

La recomendación es dejar fuera de la dieta diaria cualquier comestible ultraprocesado con exceso de azúcares, lo que se puede identificar por los sellos de advertencia.