El primer vicepresidente de Irán, Mohammad Mokhber, fue nombrado este lunes 20 de mayo como presidente en funciones de la República Islámica tras la muerte del presidente, Ebrahim Raisi, en un choque de helicóptero.

Mokhber, de 68 años, ha ejercido un papel más discreto que otros políticos, pero las normas constitucionales lo colocaban en primera línea tras la muerte de Raisi. Está previsto que ejerza de presidente en funciones antes de unas elecciones presidenciales obligatorias.

El líder supremo del país, el ayatolá Alí Jamenei, anunció el nombramiento de Mokhber en un mensaje de condolencias sobre la muerte de Raisi.

El helicóptero, que se desplomó el domingo 19 de mayo tras sufrir una falla mecánica, se encontró el lunes en el noroeste del país.

Pese a ser menos conocido, Mokhber ocupo varios puestos importantes en la estructura de poder del país, especialmente en sus bonyads, u organizaciones benéficas. Esos grupos se vieron impulsados con donaciones o activos confiscados tras la Revolución Islámica de 1979, en especial los asociados al shah de Irán o los miembros de su gobierno.

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Mokhber dirigía un bonyad conocido en inglés como Ejecución de la Orden del Imán Jomeini, o EIKO, en referencia al fallecido líder supremo ayatolá Rujolá Jomeini.

Según el Tesoro de Estados Unidos, esa organización controlaba miles de millones de activos como “gigante empresarial bajo supervisión directa del líder supremo Alí Jamenei, que tiene una participación en prácticamente todos los sectores de la economía iraní, incluidos energía, telecomunicaciones y servicios financieros”.

Mokhber nació el 1 de septiembre de 1955 en Dezful, en la provincia suroccidental iraní de Khuzestan, en una familia de religiosos. Sirvió como oficial en el cuerpo médico de la Guardia Revolucionaria durante la guerra entre Irán e Irak de la década de 1980, según el grupo de presión Unidos Contra un Irán Nuclear (UANI, por sus siglas en inglés).

Mokhber es miembro del Consejo de Intereses de Irán desde 2022, un organismo que asesora al líder supremo y resuelve disputas entre el parlamento y el Consejo de Guardianes, el organismo supervisor iraní y que también controla las elecciones del país.