Con la proximidad de la Pascua, las figuras de ese periodo cobran protagonismo, y entre ellas, destacan los apóstoles de Jesucristo, a menudo representados en obras de arte como la “Última Cena” de Leonardo da Vinci en la iglesia de Santa Maria delle Grazie de Milán.

Pero, ¿quiénes fueron esos hombres que jugaron un papel tan importante en la historia del cristianismo?

Si bien Jesús tuvo numerosos seguidores, los apóstoles fueron sus discípulos más cercanos, elegidos personalmente por él.

Un grupo diverso, casi todos eran judíos y provenían de distintos estratos sociales: pescadores, médicos e incluso un recaudador de impuestos, todos unidos por su fe en Jesús.

La Biblia y la tradición cristiana identifican a los 12 apóstoles como: Andrés, Bartolomé, Santiago (hijo de Alfeo), Santiago el Mayor (hijo de Zebedeo), Juan (hijo de Zebedeo), Judas Tadeo, Mateo, Pedro, Felipe, Simón, Tomás y Judas Iscariote.

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El libro de los Hechos de los Apóstoles, escrito por Lucas (discípulo de los apóstoles), narra la transformación de los discípulos en apóstoles.

Tras la “ascensión al cielo” de Cristo, según la narrativa bíblica, él encomendó a sus discípulos “dar testimonio” de sus enseñanzas.

Es en ese punto donde el término “discípulo” comienza a ser sustituido por “apóstol”, derivado del griego apostellein, que significa “enviado”. En esencia, el apóstol se convirtió en un predicador del evangelio de Cristo.

La palabra latina para apóstol, missio, es la raíz de la palabra “misionero”, aquellos encargados de difundir las enseñanzas y la palabra de Cristo. Los apóstoles fueron enviados a compartir la buena nueva (el evangelion en griego).

Algunos de los apóstoles, como Pedro, se destacaron por su papel en el Nuevo Testamento y a menudo es considerado el más importante de los doce.

Otro nombre famoso, aunque por motivos más sombríos, es el de Judas Iscariote, recordado por su traición a Jesús, identificándolo con un beso ante los romanos, lo que condujo a su condena y crucifixión.

Los 12 apóstoles, con sus diversas personalidades y orígenes, sentaron las bases de la primitiva iglesia cristiana y su legado perdura hasta nuestros días.