Realizar ejercicio aumenta hasta un 40 % la supervivencia al cáncer
evangelio | 17 febrero, 2024

La doctora en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, Soraya Casla, descubrió que el ejercicio físico tiene beneficios en los pacientes con cáncer, al aumentar la supervivencia, prevenir las recaídas y mejorar la calidad de vida. Sin embargo, destacó que aún no se considera como un arma terapéutica más en los tratamientos para combatir la enfermedad.

En una entrevista para El País, la especialista señaló que durante los tratamientos contra el cáncer los pacientes experimentan una serie de efectos secundarios para los que ya se ha demostrado que lo más efectivo para todos ellos es el ejercicio físico. Pero debe ser específico, adaptado e individualizado.

La doctora resaltó que los efectos secundarios, como náuseas y fatiga, tienen un impacto posterior, como favorecer el desarrollo de enfermedades a nivel cardiovascular, problemas de hipertensión, obesidad y diabetes. Por lo que además de mejorar esos efectos secundarios, el ejercicio también reduce el riesgo de que puedan reaparecer el cáncer y otras enfermedades.

Junto al catedrático de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y jefe de servicio de Oncología Médica del hospital universitario Gregorio Marañón, Miguel Martín, la doctora desarrolló uno de los primeros ensayos en el que participaron más de 200 pacientes durante cuatro años.

El estudio demostró que el ejercicio que mezcla intensidad alta e intensidad moderada mejora todos los aspectos fisiológicos: aumenta la masa muscular, mejora la capacidad de producir energía y el sistema circulatorio y cardiovascular. Y además era tolerado por los pacientes tanto durante la quimioterapia como después.

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El protocolo de ejercicio se individualizó en función del nivel del paciente, del momento de la enfermedad y de los efectos secundarios o limitaciones funcionales.

Resaltaron que un paciente que ha hecho ejercicio toda su vida, aunque esté en tratamiento, debe seguir. Otras personas que nunca han hecho ejercicio físico tienen que empezar por caminar cinco minutos. También se tiene en cuenta el momento de la enfermedad. Además no son las mismas recomendaciones para una persona que está en quimioterapia, en radioterapia, en tratamiento hormonal o que ya ha terminado.

Por lo que se debe estar informados para saber cuáles son los cambios fisiológicos y cómo tenemos que adaptarles la intensidad del programa, señaló Casla.

Y agregó que por último, se consideran las limitaciones funcionales específicas. “No es lo mismo que te hayan quitado toda la mama y los ganglios o que tengas una bolsa porque hayas tenido un cáncer de colon o que tengas una cirugía abdominal”, indicó.

En su libro Ante el cáncer, muévete, la doctora aporta recomendaciones concretas en función de todos estos aspectos para que todo el mundo pueda tener acceso a información real y científica sobre cuál es el beneficio del ejercicio y qué es lo que pueden hacer.

La recomendación ideal para hacer ejercicio, según la Organización Mundial de la Salud, es tres días. Cada una de las sesiones deben durar entre 35 minutos y una hora y cuarto.

“Nosotros solemos hacer entre 50 y 75 minutos, teniendo en cuenta descansos, ejercicios suaves y estiramientos”, señala la especialista.

El ejercicio, según las recomendaciones de la especialista, se debe hacer antes de los tratamientos y terapias ya que ayuda a tolerarlos mejor y los efectos secundarios son menores: “se fatigan mucho menos, tienen mucha menos náuseas y diarreas y menos necesidad de estar en cama por exceso de fatiga”, señala.

La especialista señaló que una vez que se supera el cáncer es necesario seguir activos para mantener los beneficios a largo plazo y prevenir enfermedades y cambios fisiológicos.

Y agregó que pacientes que hacen ejercicio físico después del diagnóstico de cáncer aumentan entre un 30 % y un 40 % su supervivencia. “Se reduce la probabilidad de tener cáncer otra vez o desarrollar segundos tumores y también otras dolencias cardíacas o diabetes o problemas metabólicos”, finalizó.

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