El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla desestimó públicamente la iniciativa del arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, quien anunció las intenciones de capacitar a sacerdotes para establecer diálogo con integrantes de grupos criminales. El mandatario fue enfático al señalar que en Michoacán no se contemplan pactos ni negociaciones con quienes infringen la ley.
“En este estado no hay cabida para acuerdos con la delincuencia. A los criminales se les enfrenta con inteligencia, con fuerza institucional y con el marco legal, no con pláticas ni concesiones”, declaró Bedolla ante medios de comunicación.
La postura del Ejecutivo estatal surge luego de que la iglesia católica confirmó que ya se inició la capacitación de más de 60 sacerdotes católicos y laicos para dialogar con los delincuentes.
El gobernador subrayó que Michoacán no es terreno para ese tipo de estrategias. “La historia reciente en México y en otras naciones ha demostrado que sentarse con grupos delictivos sólo fortalece su estructura e impunidad. La paz se construye con justicia, no con indulgencias”, afirmó.
Ramírez Bedolla reconoció el trabajo pastoral de la Iglesia y dijo mantener canales abiertos de comunicación con todas las expresiones religiosas, pero aclaró que el gobierno no comparte ni respaldará propuestas que impliquen algún tipo de trato con organizaciones criminales.
La declaración se da en un contexto de persistente violencia en algunas regiones del estado, donde grupos armados han desafiado al Estado con bloqueos, desplazamientos forzados y ataques a autoridades municipales. Frente a ello, el gobernador insistió en que la ruta de su administración es reforzar la presencia institucional, profesionalizar cuerpos de seguridad y garantizar la aplicación del estado de derecho.