La inteligencia artificial (IA) ya es una realidad en Recursos Humanos y plantea un reto ético para la gestión de talento debido a los sesgos y la toma de decisiones críticas, ya que aunque puede ser una gran aliada, su aplicación debe ser responsable para evitar efectos negativos.
De acuerdo con el informe “Evolución Digital RH” de Needed Education, la digitalización de los departamentos de Capital Humano ha crecido un 13.5 % en el último año, permitiendo mejorar decisiones en torno a la compensación, estrategias de retención, identificación de talento clave y medición de la satisfacción laboral.
La IA en Recursos Humanos puede analizar grandes cantidades de datos, como métricas de rendimiento, patrones de comunicación, actividad en redes sociales y tonos de correos electrónicos.
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Sin embargo, su capacidad requiere considerar aspectos éticos, y Sesame HR recomienda cuatro puntos.
- Confidencialidad de los datos
Los departamentos de Recursos Humanos deben regular el uso que se le de a la información recabada por los modelos de IA, ya que puede ser muy sensible.
- Sesgos en el algoritmo
La información con la que trabajan los modelos de IA debe ser lo más detallada y correcta posible, de lo contrario, los resultados pueden ser incorrectos.
- Falsos positivos y negativos
Un software puede arrojar falsos positivos, por lo que es importante que la decisión no se base únicamente en las respuestas de la IA.
- La predicción no es comprensión
La IA responde el “qué”, pero no explica el “por qué” de las decisiones de las personas, por tal motivo, es fundamental que los departamentos de Recursos Humanos mantengan acercamientos con los trabajadores.