La clausura del estadio Ciudad de los Deportes, mientras se disputaba el partido entre Cruz Azul y Santos Laguna, se sumó a la lista de sucesos similares que han ocurrido a lo largo de la historia de la cada vez más surrealista Liga Mx.
Los inmuebles ubicados en el estado de Jalisco han sido los escenarios que más han padecido esta problemática, ya sea por errores de seguridad, faltas a la logística o por actos de violencia.
En el Apertura 2012, el estadio Omnilife albergó una edición más del Clásico Tapatío entre Guadalajara y Atlas, en la que los rojiblancos salieron vencedores por marcador de 2-0.
Sin embargo, no todo fue fiesta, pues tras el cotejo, las autoridades municipales de Zapopan decidieron clausurar el recinto debido a que se identificó el uso de bengalas en las gradas.
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Dos años más tarde, el estadio Jalisco, ubicado en Guadalajara, también fue clausurado luego del empate a un gol entre Chivas y Zorros, ya que en la parte final del encuentro se presentó un choque violento protagonizado por ambas aficiones y los cuerpos de seguridad.
Al parecer, el personal del estadio no aprendió la lección, pues en 2015, otra vez la violencia hizo de las suyas, cuando hinchas rojinegros invadieron el terreno de juego para agredir a los futbolistas.
La falta de una seguridad efectiva, generó que los responsables tuvieran que pagar una multa de 268 mil pesos para que se les permitiera reabrir las puertas del estadio Jalisco.
Una clausura pintoresca fue la que ocurrió en el Apertura 2013 en el estadio Luis Pirata Fuente, cuando el extinto Tiburones Rojos del Veracruz iba a recibir a las Águilas del América.
Para evitar que las gradas se pintaran de azulcrema, a la directiva local se le ocurrió de último momento incrementar considerablemente el precio de los boletos, por lo que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) tuvo que intervenir clausurando las taquillas.