La intensificación de redadas migratorias en Los Ángeles ha generado una crisis comercial sin precedentes en el distrito de la moda, una de las zonas más emblemáticas y concurridas de la ciudad.
Comerciantes reportan caídas de hasta 80 % en sus ventas, cierre temprano de locales y un ambiente de temor generalizado ante la constante presencia de agentes migratorios en el área.
Ubicado en el corazón de la ciudad, el distrito alberga cientos de negocios operados mayoritariamente por familias latinas y trabajadores de origen extranjero. Las redadas, que comenzaron a intensificarse en junio por orden del presidente Donald Trump, incluyen inspecciones dentro de fábricas, almacenes y tiendas, y ocurren incluso en horario comercial. La afluencia turística y de compradores ha disminuido drásticamente.
Gregory Bovino, portavoz de la Patrulla Fronteriza, aseguró que el gobierno federal mantendrá e incrementará su presencia en la ciudad, independientemente de su estatus como “santuario”.
Las declaraciones han provocado preocupación entre habitantes y comerciantes, muchos de los cuales han comenzado a implementar sistemas de alerta comunitaria ante la llegada de autoridades migratorias.
Con locales cerrando, despidos masivos y clientes ausentes, los afectados comparan la situación con la crisis económica de la pandemia. La incertidumbre ha motivado a los locatarios a mantenerse organizados y resistir, pese a las pérdidas. “Cuando nos atacan, perdemos todos.
“Pero no nos vamos”, afirmó un vendedor, reflejando el espíritu de quienes se rehúsan a abandonar la zona.