La hasta hoy primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, llegó esta mañana a Agartala, en el noreste de India, luego de renunciar en medio del rechazo popular que ha culminado en protestas intensas y violentas, dejando en su estela al menos 300 muertos en el país.

Las manifestaciones, que comenzaron como una oposición al sistema de cuotas laborales, rápidamente se extendieron para incluir una amplia gama de quejas sociales, como la alta inflación y el desempleo juvenil.

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La violencia alcanzó un punto crítico el domingo, cuando nuevos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden resultaron en aproximadamente 90 muertos.

A pesar de su renuncia, el clima de agitación persiste en las calles; en la jornada de hoy, se reportaron actos de vandalismo en las oficinas de la Liga Awami, el partido de Hasina, así como en otras instalaciones gubernamentales.

En un intento por calmar la situación, el jefe del Ejército hizo un llamado a mantener la calma y buscar soluciones pacíficas, sobre todo a los estudiantes, quienes han sido los impulsores de la movilización social.

“Por favor, no regresen al camino de la violencia y por favor regresen a formas pacíficas y no violentas”, apuntó, buscando restablecer el orden en un país sumido en el caos.