Más de 900 fieles musulmanes han perdido la vida durante el “hach” de este año en La Meca debido a las altas temperaturas que alcanzaron los 52 °C, según informes recopilados de diversas fuentes.
Egipto es el país más afectado con al menos 325 peregrinos fallecidos, la mayoría a causa de golpes de calor. A pesar de ello, el gobierno egipcio sólo reconoce 28 de estos fallecimientos, de su delegación oficial de más de 50 mil personas.
Tanto Egipto como Jordania, que reporta al menos 75 fallecidos, responsabilizan a “individuos y agencias” por facilitar esos viajes de manera no reglamentaria y han prometido sanciones contra ellos.
El Ministerio de Asuntos Exteriores jordano reconoce que sus ciudadanos fallecidos sucumbieron al “calor extremo”.
El alto costo del peregrinaje, que promedia los 5 mil dólares por persona, ha llevado a muchos a optar por vías no autorizadas, motivo por el cual Arabia Saudita considera ilegales.
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Los fieles que viajaron de forma no oficial, algunos con visados de turista, carecían de acceso a instalaciones con aire acondicionado y tiendas de campaña durante la peregrinación, viéndose obligados a buscar refugio en las calles de la ciudad sagrada del islam frente al calor extremo.
En el gobierno de Túnez, que ha documentado 49 muertos, el segundo país más afectado ha sido Indonesia, con unos 200 muertos, seguido de la India, con 98; Malasia, con 34, y Bangladés, con 31.
Marruecos anunció al menos 20 decesos, mientras que el Gobierno del Kurdistán iraquí informó de 19 muertes durante la peregrinación. Otros países como Irán, Libia, Holanda, Estados Unidos o Siria han anunciado fallecidos.
El “hach” es uno de los cinco pilares del islam y es obligatorio al menos una vez en la vida para cada musulmán cuya salud y recursos se lo permitan.