La realización de la Kuínchekua, cuya más reciente edición se realizó el viernes 15 de marzo en Tzintzuntzan, sigue dejando inconformidades entre algunos representantes de comunidades indígenas, quienes ven un montaje escénico que hace de las tradiciones michoacanas un espectáculo para los turistas nacionales y extranjeros.
El año pasado, el Consejo Supremo Indígena de Michoacán (CSIM) anunció que interpondría recursos legales contra el registro de la frase “Kuínchekua, la fiesta de Michoacán” como una marca propiedad del gobierno del estado.
Su vocero, Pavel Ulianov Guzmán Macario, señaló en su momento que la Secretaría de Turismo a cargo de Roberto Monroy solo quería “ultrajar a las tradiciones de los pueblos de la Meseta Purépecha”, pues no se consultó a las comunidades para conocer su opinión.
Otro personaje que desde 2022 ha marcado su malestar por la forma en que se realiza esta fiesta es Pedro Victoriano Cruz, promotor cultural, abogado y periodista independiente, quien desde entonces sostiene que no consultar a la población para que den el aval contraviene la Ley Federal de Protección del Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas, la cual fija sanciones por la apropiación indebida, uso, aprovechamiento, comercialización o reproducción del patrimonio cultural, conocimientos y expresiones culturales tradicionales.
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“La ley no limita, pone bases para que quien quiera hacer uso de un elemento cultural, tenga la anuencia de los creadores, en este caso, de las comunidades. El patrimonio y la tradición pueden usarse incluso por terceras personas, pero solo si la comunidad lo autoriza”, señaló en entrevista ante la primera edición de la Kuínchekua.
Para este nuevo capítulo, Victoriano Cruz insiste en que hay un “despojo y la apropiación cultural para beneficiar a la industria hotelera y restaurantera de México”, toda vez que la marca registrada se pone “como carnada para atraer a miles de turistas del ámbito local, nacional e internacional”, según escribió en sus redes sociales.
Además, en los días previos a la tercera edición, informó que los herederos del compositor Juan Victoriano Cira iniciaron una demanda civil por daños y perjuicios en el Juzgado Federal del Distrito Judicial de Uruapan en contra del espectáculo “La Kuínchekua, la fiesta de Michoacán”, pues reclaman la titularidad de una obra del finado compositor que fue utilizada en el evento del 2023.
Fue el pasado 16 de febrero que un tribunal de distrito resolvió que el tribunal de Uruapan sí es competente para resolver la demanda, pues hay elementos para investigar si se violó el artículo 216 bis de la Ley Federal del Derecho de Autor al interpretar una pieza de Victoriano Cira en vivo.
La compositora, cantante e investigadora Rocío Próspero Maldonado también se ha sumado a las voces indígenas que rechazan la organización de la Kuínchekua.
El año pasado solicitó al gobierno estatal que se desistiera de registrar la palabra como una marca comercial, argumentando que no se consultó a las comunidades.
Recientemente, señaló en su red social de Facebook: “Pensar que nuestro sitio sagrado se use como vil escenario, provoca náuseas”, a lo que añadió que con el evento se aprovechan de las necesidades económicas de algunos pobladores.