William Edwin Rivera Padilla, alias “El Barbas” y presunto jefe regional de una organización criminal, sería el autor material e intelectual de la jornada de violencia en Zitácuaro esta semana. Es considerado objetivo prioritario por autoridades estatales y federales.
Según fuentes oficiales, los ataques armados, incendios y bloqueos registrados en diversos puntos del municipio fueron una represalia contra un operativo conjunto de la FGR y el Ejército, que catearon propiedades presuntamente ligadas a “El Barbas” y su organización.
La respuesta de los delincuentes fue feroz: a plena luz del día, hombres armados irrumpieron con ráfagas de fusiles de asalto, quemaron vehículos, agredieron a civiles y sembraron terror en las calles.

El hecho más doloroso fue la muerte de Evan, un niño de cuatro años, víctima del fuego cruzado en uno de los enfrentamientos, cuya muerte simboliza el alto costo humano de la batalla entre cárteles por el control territorial en la región.
“El Barbas” es descrito por autoridades como un individuo extremadamente violento, adicto a las metanfetaminas y con rasgos psicopáticos, responsable de coordinar el avance del grupo delictivo en municipios como Zitácuaro, Tuzantla, Benito Juárez y Jungapeo.
El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla reiteró que la captura de Rivera Padilla es un compromiso del Estado.
“Vamos por él, no habrá impunidad. No permitiremos que el crimen organizado dicte la vida de nuestros municipios”, afirmó.
El Gobierno de Michoacán y la Federación han reforzado la presencia militar en la zona, mientras corporaciones civiles trabajan en la reconstrucción de los daños ocasionados a comercios, vehículos y escuelas.
La Secretaría de Seguridad Pública estatal intensificó el operativo de búsqueda, y la Fiscalía de Michoacán mantiene abierta una carpeta de investigación por los actos registrados.