Durante la protesta que derivó en daños al Palacio de Gobierno de Morelia, fueron robadas dos esculturas de bronce del artista michoacano Alfredo Zalce, una pérdida que afecta directamente el patrimonio cultural del estado.
Las piezas sustraídas, El Abrazo y La Pareja, pertenecían al acervo público bajo resguardo del Gobierno de Michoacán desde 2005 y eran parte del conjunto de obras con que el Estado homenajeó al creador tras su muerte. Ambas esculturas fueron elaboradas en bronce en los años ochenta y forman parte de su periodo más maduro, cuando el artista consolidó un estilo humanista centrado en la solidaridad y la vida cotidiana.
Zalce (1908-2003), considerado uno de los grandes muralistas del siglo XX junto a Rivera, Orozco y Siqueiros, dejó un legado visual profundamente ligado a Michoacán. Fue fundador de la Escuela de Pintura y Escultura de la entidad, hoy Instituto Alfredo Zalce, y su obra forma parte de colecciones en museos nacionales e internacionales. Cada una de sus esculturas está valuada en cientos de miles de pesos, no sólo por su rareza, sino por su peso histórico y simbólico.
De acuerdo con la Secretaría de Cultura estatal, el saqueo ocurrió cuando un grupo de manifestantes forzó el acceso al inmueble y provocó destrozos en puertas, ventanales y mobiliario. Al realizar el inventario posterior, el personal detectó la ausencia de las dos esculturas, ubicadas originalmente en los corredores principales.
Las autoridades confirmaron que se presentarán denuncias ante la Fiscalía General del Estado y que se reforzará la vigilancia en los espacios que resguardan obra pública. Sin embargo, el daño ya está hecho: se trata de piezas irremplazables que representaban la síntesis del humanismo y el orgullo artístico de Michoacán.
La pérdida de El Abrazo y La Pareja no sólo desnuda una falla de seguridad institucional; también expone el deterioro simbólico de una época que parecía entender el arte como refugio de la identidad colectiva.