El proteccionista Robert Lighthizer fue invitado por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, a regresar a su gobierno como Representante de Comercio, de acuerdo con un informe del diario especializado The Financial Times.
Fuentes cercanas al equipo de transición del republicano confirmaron que se le solicitó a Lighthizer asumir nuevamente ese papel en la política comercial del país.
A pesar de la oferta, Lighthizer ha expresado su interés en ocupar un puesto diferente, como el de Secretario de Comercio o del Tesoro.
Lighthizer, quien se desempeñó como titular de Comercio durante el primer mandato de Trump, de 2017 a 2021, es conocido por su defensa de la manufactura nacional y su enfoque en la reducción de la dependencia de Estados Unidos en tratados comerciales.
Su estrategia incluye la implementación de aranceles y un escepticismo hacia la Organización Mundial del Comercio (OMC).
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De acuerdo con la revista de análisis geopolítico Le Grand Continent, Lighthizer jugó un papel fundamental en varias de las decisiones más importantes de Trump durante su anterior mandato, incluyendo un endurecimiento de la política comercial estadounidense hacia China.
Lighthizer no es una figura mediática y prefiere mantenerse alejado de los programas de televisión donde Trump suele presentar a sus colaboradores.
A pesar de su bajo perfil, comparte con el presidente una visión nacionalista, convencidos ambos de que los déficits comerciales son una señal de debilidad que permite a otros países aprovecharse de Estados Unidos.
Renaud Lassus, autor del análisis, señala que Lighthizer critica lo que él llama los “tres pecados capitales” que han debilitado a la economía estadounidense: la creación de la OMC en 1995, la adhesión de China en 2001 y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994.
Ambos, Lighthizer y Trump, comparten una nostalgia por las políticas proteccionistas de la era de Ronald Reagan, y Lighthizer, quien comenzó su carrera en la administración de Reagan, ha propuesto medidas como la implementación de un arancel general del 10 % sobre todas las importaciones, una estrategia que recuerda a las decisiones de Richard Nixon en la década de 1970.