El Museo del Louvre suspendió este domingo sus operaciones tras un audaz robo en el que desaparecieron nueve joyas pertenecientes a Napoleón y a la emperatriz Eugenia. El asalto ocurrió durante las primeras horas de la mañana, cuando un grupo de individuos irrumpió en el recinto aprovechando los trabajos de restauración en la fachada que da al río Sena.

De acuerdo con la ministra de Cultura, Rachida Dati, el robo se registró “durante la apertura del museo”, y las puertas fueron cerradas poco después “por razones excepcionales”. Las primeras investigaciones indican que los ladrones utilizaron una plataforma hidráulica montada en un camión para acceder a los ventanales de la célebre Galería de Apolo, donde se exhibe parte de la colección de joyas de la Corona francesa.

Fuentes policiales aseguran que el golpe fue ejecutado con precisión quirúrgica. En un lapso de entre cuatro y siete minutos, tres personas encapuchadas habrían llegado en motocicleta, irrumpido por una ventana y sustraído las piezas antes de huir por el mismo punto de acceso. Un cuarto cómplice habría permanecido fuera como vigía.

El ministro del Interior, Laurent Nuñez, calificó el valor de las joyas como “incalculable” y sostuvo que los responsables “sabían exactamente lo que buscaban”, lo que sugiere una planificación meticulosa y conocimiento interno de los sistemas de seguridad del museo. Entre los objetos robados se encuentran un collar, un broche, una diadema y dos coronas, una de ellas perteneciente a la emperatriz Eugenia, además de un juego de pendientes y otras piezas de gran valor histórico.

Según el diario Le Parisien, algunas vitrinas de la sala dedicada a los soberanos franceses fueron forzadas con herramientas especializadas, mientras que un patinete eléctrico y fragmentos de vidrio hallados en el sitio están siendo analizados por la policía científica.

Una fuente del propio museo confirmó que el “Régent”, el diamante más grande y famoso de la colección, de más de 140 quilates, permanece a salvo. No obstante, Dati reconoció que “en las últimas cuatro décadas no se han implementado las medidas adecuadas para evitar este tipo de delitos” en los grandes museos franceses.

El Louvre permanecerá cerrado mientras continúan las investigaciones, en lo que ya es considerado uno de los robos de arte más impactantes de los últimos años en Europa.