Bolivia vivió un giro político este domingo tras confirmarse la victoria del centrista Rodrigo Paz en la segunda vuelta presidencial, con lo que puso fin a casi dos décadas de gobiernos de corte izquierdista.

De acuerdo con los primeros resultados emitidos por el Tribunal Supremo Electoral, el senador del Partido Demócrata Cristiano (PDC) obtuvo 54.6% de los votos, frente al 45.4% alcanzado por su contrincante conservador, Jorge “Tuto” Quiroga.

Paz, de 58 años, asumirá el poder en medio de la peor crisis económica en años, un contexto que fue determinante para el descontento con el oficialismo y el viraje político del electorado. Su propuesta —que combina continuidad de programas sociales con apertura al sector privado— logró atraer a votantes desencantados con el legado de Evo Morales, pero también escépticos ante las políticas de ajuste defendidas por Quiroga.

Pese al triunfo, el nuevo mandatario no contará con mayoría legislativa, por lo que deberá tejer alianzas con otras fuerzas políticas para garantizar la gobernabilidad y avanzar en sus reformas.

El desgaste de la izquierda boliviana se hizo evidente desde la primera vuelta de agosto, cuando la crisis económica y el aumento del desempleo redujeron drásticamente su apoyo. Con esta elección, Bolivia inicia una nueva etapa política.