Durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, México registró una reducción significativa en la participación de combustibles importados en el consumo nacional, pasando del 72.3 % en 2018 al 60.7 % en agosto de 2024.
A pesar del progreso, la disminución de la dependencia de importaciones se ha quedado corta respecto a las metas iniciales del gobierno, que aspiraba a eliminar la necesidad de importar combustibles al final del sexenio.
De acuerdo con los reportes, hasta agosto del presente año, Pemex y los comercializadores privados importaron un total de 792 mil 385 barriles diarios de combustibles automotores y aéreos (gasolina, diésel y turbosina), lo que representa el 60.7 % de un consumo aparente que ascendió a un millón 305 mil 985 barriles diarios.
En comparación, en 2018, las importaciones alcanzaron los 935 mil 128 barriles diarios, representando el 72.3 % del consumo total.
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Hasta ahora, la distribución de las importaciones en 2024 indica que de los 792 mil 385 barriles diarios, aproximadamente 510 mil corresponden a gasolina, 220 mil a diésel y 62 mil a turbosina.
El panorama de importaciones también refleja una baja en la participación de los comercializadores privados, quienes, tras la apertura del mercado en 2016, tenían aproximadamente el 35.9 % del mercado en 2021, cifra que ha disminuido a 25 % en la actualidad.
A medida que la refinería Olmeca comience a operar a plena capacidad, se espera que su producción —aproximadamente 260 mil barriles diarios— contribuya a reducir aún más las necesidades de importaciones a poco más de 500 mil barriles diarios.
Dicha expectativa, sin embargo, dependerá de la conclusión de proyectos de modernización en otras refinerías, como las de Tula y Salina Cruz, programadas para finalizar en el próximo año.