En lo que han bautizado como el “Marabocazo”, medios argentinos estiman que cien mil hinchas de Boca Juniors viajarán a Río de Janeiro, Brasil, el próximo 4 de noviembre para presenciar la final de Copa Libertadores ante el Fluminense.
Los Xeneizes no ganan el trofeo más importante del continente a nivel de clubes desde hace 15 años, pero de conseguirlo en este 2023, empatarían la marca que ostenta Independiente de Avellaneda como el equipo más ganador con siete copas.
Por ello, los fanáticos de Boca no se han medido en sus intenciones de realizar un viaje histórico al mítico Maracaná, con lo que han puesto a trabajar a marchas forzadas a las autoridades policiacas de Brasil, quienes tratarán de evitar que se presenten enfrentamientos entre ambas hinchadas.
Aunado a esto, se rompería una racha que incomoda a los argentinos, pues desde la edición 2019 y hasta la del año pasado, son clubes brasileños los que han ganado la copa gracias a los bicampeonatos del Flamengo y Palmeiras.
Locura por Boca
Con la llegada de Boca Juniors a la final, se ha desatado un sinfín de historias de locura y pasión por los colores, como es el caso de Leandro Fortunato, hincha que decidió emprender su viaje hasta Río de Janeiro caminando.
Te puede interesar: Final de Libertadores entre Boca y Fluminense despierta nostalgia entre aficionados de Monarcas
Se tratan de 2756 kilómetros los que tiene que recorrer, por lo que desde hace un mes inició su transitar partiendo de Buenos Aires, pero el problema está en que es poco dinero el que lleva en los bolsillos, ya que lo que tiene está destinado para poder ingresar al Maracaná a alentar a Boca.
“Con pocos pesos y ganas de escapar de una realidad que no puedo volver atrás… sólo espero llegar a ver por última vez al ÚNICO AMOR QUE NUNCA ME VA A ABANDONAR…”, escribió en sus redes sociales al momento de decidir que emprendería la aventura.
Sin embargo, el día de ayer hizo una confesión a sus seguidores que se han ido incrementando con el paso de las horas: “Estoy con hambre y cansado”. No obstante, dejó una cuenta bancaria para quien guste apoyarlo en su travesía.
La historia de Leandro no es la única, pues en la medida que Boca iba avanzando en la Copa, más hinchas fueron tomando decisiones radicales para poder acompañar al equipo.
Uno de estos relatos es la de Marina, una fanática que pidió dos días en su trabajo para poder viajar a las semifinales contra Palmeiras, pero al negarle el permiso, optó por renunciar “porque una por Boca hace lo que sea”.