Según una investigación realizada por Bain & Company, el sentimiento de exclusión en el entorno laboral puede equipararse al dolor físico en términos de cómo el cerebro lo procesa.

Dicho escenario afecta al 65 % de las personas trabajadoras, obstaculizando su potencial, desempeño y afectando su permanencia en la organización.

En México, el 60 % de los empleados admiten no sentirse auténticos en su entorno laboral, revela el informe Talent Trends 2024 de Page Group, y sólo el 29 % de los encuestados considera que sus empresas son verdaderamente inclusivas en el país.

La discriminación en el lugar de trabajo también impacta de manera desproporcionada a grupos como personas con discapacidad y de la comunidad LGBT+, quienes tienen 13 % más de probabilidad de ser objeto de exclusión en comparación con otros grupos subrepresentados.

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La actitud de los líderes juega un papel importante; cuando los jefes y la alta dirección son percibidos como intencionalmente inclusivos, las personas tienen nueve veces más posibilidades de sentirse parte del equipo.

La seguridad psicológica es fundamental para el desarrollo laboral y personal de las personas LGBT+, permitiéndoles expresar sus opiniones, ideas y aspiraciones con libertad, lo que facilita su permanencia a largo plazo en las organizaciones, maximizando su potencial profesional.

Además de los beneficios en creatividad e innovación, fomentar la inclusión laboral se traduce en una mayor retención de talento.

Aquellos que se sienten incluidos tienen entre cuatro y ocho veces más probabilidades de quedarse en la empresa a largo plazo en comparación con quienes no experimentan un verdadero sentido de pertenencia en su lugar de trabajo.