Reducir la jornada laboral semanal sin disminuir el salario tiene efectos positivos en la salud física y mental de los trabajadores, así como en el rendimiento económico de las empresas.
Así lo demuestra un estudio publicado por la revista Nature Human Behaviour, basado en datos de casi tres mil empleados de 141 empresas en seis países, incluidos Reino Unido, Canadá y Estados Unidos.
La investigación, desarrollada por la Universidad de Boston y el University College de Dublín, comparó la evolución de trabajadores que redujeron su horario semanal con la de un grupo de control sin cambios en su jornada.
Los resultados revelaron mejoras en la calidad del sueño, menores niveles de fatiga y mayor satisfacción laboral entre quienes trabajaron menos horas, especialmente en los casos donde se aplicó una semana laboral de cuatro días.
Los beneficios se observaron incluso en quienes recortaron solo entre una y cuatro horas a la semana, aunque con menor intensidad que en el grupo que redujo su jornada en ocho horas o más.
Los autores destacaron que trabajar menos no solo favorece el bienestar individual, sino que también fortalece la productividad laboral y reduce el ausentismo.
El estudio respalda otras iniciativas globales como el programa 4 Day Week Global, que ya ha sido implementado en más de 375 empresas para evaluar los beneficios de una semana laboral más corta.
Los investigadores concluyen que reducir las horas de trabajo puede ser una herramienta eficaz para mejorar el bienestar social y económico de manera sostenible.