Ozzy Osbourne, ícono del heavy metal y leyenda de Black Sabbath, falleció a los 76 años en su residencia de Buckinghamshire, Reino Unido, tras una larga lucha contra el párkinson y otros problemas de salud.

Su partida ha desatado una oleada de homenajes en todo el mundo, mientras fanáticos organizan vigilias, conciertos tributo y encuentros espontáneos para honrar su legado.

La noticia conmocionó al mundo del rock y volvió a poner a Ozzy en el centro de la conversación tras revelarse que Sharon Osbourne, su esposa, considera enterrarlo en el jardín de su casa.

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Según el Daily Mail, allegados a la familia confirmaron que Sharon explora esta opción como una forma íntima y simbólica de cumplir la última voluntad del artista, expresada años atrás en su autobiografía “I Am Ozzy”.

“Quiero que me entierren en la tierra, en un jardín lindo, con un árbol plantado sobre mi cabeza. Un manzano silvestre, preferiblemente, así los chicos pueden hacer vino conmigo y emborracharse”, escribió Ozzy con su estilo irreverente. Este deseo ha sido recordado como un testimonio de su peculiar humor y sensibilidad hacia la vida y la muerte.

Aún no se confirma si se realizará un funeral público. Sharon, visiblemente afectada, se encuentra en estado delicado.

“Tememos por su salud física y emocional si enfrenta un adiós multitudinario”, señaló una fuente cercana.