Los altos directivos del futbol mexicano prefieren el silencio ante la investigación de un presunto esquema de corrupción que involucra al consorcio Televisa.

La trama se centra en acusaciones de sobornos a funcionarios de la FIFA para asegurar los derechos de transmisión de varias Copas del Mundo, incluyendo la que se celebrará en conjunto entre México, Estados Unidos y Canadá en 2026.

El presidente de la Liga MX, Mikel Arriola, se mostró evasivo al ser confrontado con el tema que ha captado la atención internacional.

Ante la insistencia de los reporteros sobre el impacto de las revelaciones en los preparativos para el Mundial 2026, Arriola respondió de manera ambigua: “Estamos otra vez con el tiempo encima y con un gran Mundial como va a ser el de 2026”.

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Cuando se le preguntó si el escándalo podría perjudicar los planes para el mundial, su respuesta fue breve y evasiva: “Gracias, gracias”, antes de retirarse visiblemente nervioso.

La investigación en curso, conducida por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, ha revivido el escándalo conocido como FIFAgate desde 2015, y ahora apunta a Televisa por supuestos pagos de sobornos a dirigentes de la FIFA por los derechos de transmisión de los Mundiales de 2018, 2022, 2026 y 2030.

La situación escaló hasta afectar a Emilio Azcárraga Jean, quien recientemente solicitó una licencia de su cargo como presidente del consejo de administración de Televisa.

En 2017, durante el testimonio de Alejandro Burzaco, exdirector ejecutivo de la empresa argentina Torneos y Competencias, se señaló a Televisa, indicando que la empresa, junto con otras dos, habría pagado 15 millones de dólares a Julio Grondona, exdirectivo de la FIFA, para conseguir los derechos de transmisión de las Copas del Mundo 2026 y 2030.

Aunque la televisora rechazó las acusaciones en su momento, el escándalo sigue amenazando la imagen y reputación del futbol mexicano.