Los crucigramas, los sudokus y las sopas de letras se han considerado durante mucho tiempo ejercicios para el cerebro que ayudan a mantener la agudeza mental en la vejez. Pero, ¿son realmente tan eficaces como creemos?
Si bien un estudio de 2020 encontró que los crucigramas son una de las actividades más practicadas para el entrenamiento cerebral, los expertos sugieren que la relación entre los crucigramas y la salud cerebral puede ser más compleja de lo que parece.
La neuróloga preventiva, Kellyann Niotis, señala que las personas que disfrutan de los rompecabezas pueden tener una inteligencia verbal alta, que está relacionada con un menor riesgo de demencia.
Un estudio de 2022 encontró que las personas con deterioro cognitivo leve que hacían crucigramas durante 12 semanas mostraron una modesta mejora cognitiva; otro estudio de 2024 encontró que los crucigramas eran los mejores predictores de la capacidad de razonamiento, la memoria y la capacidad verbal.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la relación entre los rompecabezas y la salud cerebral puede ser correlacional y no causal. La investigación también apoya otras intervenciones de estilo de vida para mejorar la salud cerebral, como el ejercicio.
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El ejercicio regular ha demostrado mejorar el control de la glucosa, aumentar el flujo sanguíneo e incluso aumentar el volumen del hipocampo, una región cerebral fundamental para el aprendizaje y la memoria.
También potencia la neuroplasticidad y produce factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), una proteína esencial para una función cognitiva sana.
Además del ejercicio, otros factores de riesgo modificables para la demencia incluyen la pérdida de audición, las lesiones cerebrales traumáticas, la hipertensión, el consumo excesivo de alcohol, la obesidad, el tabaquismo, la depresión, el aislamiento social, la inactividad física, la diabetes de tipo 2, la contaminación atmosférica, el colesterol alto, los problemas de visión no tratados y los niveles más bajos de educación en los primeros años de vida.
Mantener el cerebro activo aumenta la reserva cognitiva, que es la capacidad del cerebro para adaptarse y mantenerse fuerte, incluso a medida que envejece o se enfrenta a retos como enfermedades o lesiones.
Si bien los crucigramas pueden ayudar a mantener la mente ocupada, no deben ser su única estrategia.