Al menos 16 personas han perdido la vida y 42 resultaron heridas en un tiroteo ocurrido en la playa de Bondi, en Sídney, Australia, mientras se celebraba el inicio de la festividad judía de Janucá, informó la Policía de Nueva Gales del Sur. Entre las víctimas fatales se encuentra una niña de diez años y uno de los atacantes, mientras que entre los heridos hay al menos dos policías.

Los responsables fueron un hombre de 50 años, fallecido, y su hijo de 24, detenido y en estado crítico. El comisario jefe Mal Lanyon señaló que el padre tenía licencia de armas y que se cuenta con información limitada sobre el joven.

Tras el ataque, la Policía registró varias viviendas en Bonnyrigg y Campsie, donde se hallaron seis armas que podrían coincidir con las registradas legalmente a nombre del atacante fallecido. Lanyon precisó que no hay indicios de que los agresores planearan previamente un atentado, aunque calificó el hecho como un acto terrorista.

El primer ministro Anthony Albanese calificó el ataque como “un momento oscuro para Australia” y expresó su solidaridad con las familias afectadas. Junto al comisario federal Nigel Ryan, Albanese confirmó el inicio de una investigación antiterrorista con todas las competencias disponibles.

Mike Burgess, director de la Organización Australiana para la Inteligencia y la Seguridad (ASIO), pidió prudencia ante la difusión de posibles identidades de los atacantes y confirmó que el organismo conocía a uno de ellos, sin que representara una amenaza inmediata.

Las autoridades continúan investigando las motivaciones del ataque y brindan atención médica y apoyo a las víctimas.