¿Quién no conoce el trompo de pastor o ha pedido que sus tacos lleven un trozo de piña, el tradicional acompañante que aporta la acidez a la preparación que se cocina poco a poco en su base giratoria?, los tacos al pastor son un platillo muy representativo en la gastronomía mexicana, pero su origen esconde una gran historia.
La creación del taco al pastor se atribuye doña Concepción Cervantes, y su origen se ubica en la colonia Condesa, en la CDMX, donde doña Concepción abrió su taquería, El Tizoncito, sin pensar que, con el tiempo, su propuesta gastronómica alcanzaría la popularidad que hoy tiene y se proyecta en las 16 sedes donde se sirve el taco al pastor.
Y aunque desde su origen hasta la fecha, la receta de doña Concepción ha trascendido, también se reconoce que la preparación que nos ha dado fama internacional es una fusión entre la inspiración mexicana, con la técnica de origen libanés, conocida como shawuarma, la cual consiste en láminas de carne condimentada y cocida en asador vertical.
La investigadora en gastronomía Cristina Barros señaló que no se sabe con exactitud de qué manera llegaron a México, pero es un hecho que “su origen proviene de los países del Medio Oriente, donde los acompañan con jocoque o yogurt y la tortilla gruesa de trigo”.
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La receta oriental tuvo su mágica transformación en el país, pues los ingredientes se modificaron cuando se sustituyó la carne de cordero por la de cerdo, se cambió la preparación del adobo y se le puso chile y achiote.
Los tacos al pastor no solo son un plato popular; sino que son un símbolo de identidad que proyecta la cultura de México al mundo.
En 2019, la plataforma gastronómica Taste Atlas coronó al taco al pastor como el mejor platillo del mundo, superando a platos de renombre internacional.
Este reconocimiento no solo puso a los tacos al pastor en el mapa global, sino que reafirmó la importancia de la comida callejera como una expresión auténtica y vibrante de la cultura mexicana.
