La mañana del 10 de abril de 2025, la calma de la comunidad de Téjaro, en el municipio de Tarímbaro, fue desgarrada por una imagen estremecedora: una camioneta en llamas, estacionada cerca del acceso principal al poblado, ocultaba en su interior dos cuerpos calcinados.
Fue un vecino quien dio la alerta, luego de ver la columna de humo negro elevarse en medio del campo.
Al lugar acudieron equipos de emergencia y elementos policiales que, tras sofocar el fuego, encontraron en la parte trasera del vehículo los restos humanos consumidos por el fuego.
Debido al avanzado estado de carbonización, hasta ahora no ha sido posible identificar a las víctimas.
La Fiscalía General del Estado abrió una carpeta de investigación. Como parte de las primeras diligencias, se revisan cámaras de seguridad en las inmediaciones y se recopilan testimonios de posibles testigos.
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Aunque no se ha revelado ninguna línea oficial, fuentes consultadas no descartan que se trate de un crimen ligado a disputas entre grupos delictivos que operan en la zona. Por ahora, no hay detenidos ni móviles confirmados.
Téjaro es un poblado de actividad agrícola, donde el día comienza temprano y el campo es el ritmo de vida. Por eso, el hecho ha causado una mezcla de miedo e incredulidad. “Nunca habíamos visto algo así aquí”, comenta un habitante.
“Es aterrador pensar que esto pueda suceder en nuestra propia comunidad”. Algunos vecinos se han organizado para pedir mayor presencia policiaca. Otros prefieren no hablar, por temor a represalias.
Contexto regional
El caso de Tarímbaro se suma a una lista cada vez más larga de hechos violentos registrados en Michoacán.
Aunque este municipio no figura entre los más peligrosos del estado, su cercanía con Morelia, la facilidad de tránsito hacia el Bajío y la poca presencia estatal lo convierten en un lugar estratégico para actividades ilícitas.
Michoacán vive una recomposición criminal marcada por nuevas disputas territoriales. Las zonas agrícolas, como lo es Tarímbaro, no solo están siendo amenazadas por la violencia tradicional del narco, sino también por redes de extorsión y lavado de dinero que han encontrado en las tierras de cultivo un recurso estratégico.