Temperatura de la Tierra se acerca a un punto crítico peligroso
evangelio | 24 agosto, 2024

Cada momento de cada día, los seres humanos estamos reconfigurando poco a poco el clima de la Tierra.

Veranos más calientes y tormentas más húmedas. Océanos más elevados e incendios forestales más violentos. Las amenazas al medio ambiente que nos rodea se multiplican sin parar.

Además, es posible que estemos provocando cambios aún más graves en el clima.

Desde hace dos décadas, científicos han advertido que el calentamiento debido a las emisiones de carbono podría llevar a algunos grandes sistemas del mundo natural al colapso.

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Se trata de sistemas tan vastos que logran mantener cierto equilibrio a pesar del alza en las temperaturas, pero solo hasta cierto punto.

Los científicos afirman que una vez que calentemos el planeta por encima de ciertos niveles, es posible que se pierda este equilibrio.

Los efectos tendrían repercusiones enormes y sería difícil revertirlos. No sería como girar ligeramente una perilla, sino más bien como apagar un interruptor. Y no sería nada fácil volver a encenderlo.

Muerte masiva de arrecifes

Cuando los corales cambian de color a blanco fantasmal, no siempre es porque estén muertos, a medida que se eleva el mercurio, el fenómeno ocasional del blanqueamiento se está transformando en uno regular.

Las predicciones más recientes de los expertos son desalentadoras. Incluso si la humanidad se apresura a controlar el calentamiento global, entre 70 y 90 % de los corales que en la actualidad forman arrecifes podrían morir en las próximas décadas. Si no lo controlamos, el saldo sería de 99 % o más.

Descongelamiento abrupto del permafrost

En el suelo, que se encuentra debajo de los lugares más fríos del mundo, los restos acumulados de plantas y animales que murieron hace muchísimo tiempo contienen mucho carbono, aproximadamente el doble del que hay en este momento en la atmósfera.

Cuando el calor, los incendios forestales y las lluvias descongelan y desestabilizan el suelo congelado, los microbios se ponen a trabajar y convierten este carbono en dióxido de carbono y metano. Estos gases de efecto invernadero agravan el calor, los incendios y la lluvia, lo que a su vez intensifica el descongelamiento.

Desaparición del hielo de Groenlandia

Las capas de hielo colosales que cubren los polos de la Tierra no se están derritiendo de la misma manera que se funde un cubo de hielo. Debido a sus tremendas dimensiones y su complejidad geométrica, múltiples factores determinan la rapidez con que se deshace el hielo y contribuye a la elevación de los océanos.

A los científicos les preocupa en particular las capas que podrían contribuir a su propia fusión y acelerar el ritmo al que se derriten, pues sería muy difícil detener este proceso.

Ruptura del hielo de la región Antártica Occidental

Muchos glaciares de la Antártica Occidental se deslizan hacia el mar, lo que significa que su parte inferior queda expuesta al paso constante de las corrientes oceánicas.

Conforme se calienta el agua, estos casquetes flotantes de hielo se derriten y debilitan desde el fondo.

Como hay menos hielo flotando a su alrededor para mantenerlo en su sitio, más hielo del interior del continente terminará en el océano. Llegado el momento, el hielo que quede en la orilla del agua podría dejar de sostener su propio peso y fragmentarse en pedazos.

Cambio repentino en el monzón de África Occidental

Hay poca certeza respecto a cómo podría cambiar o intensificarse el monzón de África Occidental en respuesta al calentamiento actual, o incluso si llegará a hacerlo. ‌Pase lo que pase, será muy importante para un área del mundo en que la nutrición y los medios de subsistencia de muchas personas dependen de los cielos.

Pérdida de la selva tropical del Amazonas

‌La selva del Amazonas desempeña otro papel muy importante: es un motor viviente y activo del clima. Las exhalaciones combinadas de todos esos árboles generan nubes llenas de humedad que, cuando caen, ayudan a mantener la región frondosa y densa.

A los científicos les preocupa que cuando se pierda mucha más superficie de la selva, esta máquina de lluvia se descomponga y provoque que el resto de la selva tropical se marchite y degrade hasta convertirse en una sabana cubierta de hierba.

Recientemente, algunos científicos calcularon que para 2050, hasta la mitad de la selva actual de la Amazonía podría estar en riesgo de sufrir este tipo de degradación.

Eliminación de las corrientes del Atlántico

Un torrente descomunal de agua marina recorre el océano Atlántico. Comienza en la costa occidental de África, atraviesa el Caribe, sube hacia Europa y vuelve a bajar para reiniciar el ciclo. En su recorrido, determina la temperatura y la precipitación de una gran parte del globo.

El agua más salada y densa se hunde hasta las profundidades del océano, mientras que la más dulce y ligera sube, en una dinámica que mantiene esta banda transportadora en movimiento.

No obstante, ahora el hielo derretido de Groenlandia está vertiendo en el Atlántico Norte inmensos flujos nuevos de agua dulce, lo que afecta este equilibrio. Los científicos temen que el motor pierda mucha velocidad y llegue a detenerse, lo que alteraría drásticamente los patrones climáticos.

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