Gildardo López Astudillo, alias “El Gil”, testigo protegido estrella de la Fiscalía en el caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, salió del radar de la justicia federal desde el pasado 5 de abril, lo que significa que está prófugo.
En 2020, el entonces subsecretario de Derechos Humanos de Gobernación, Alejandro Encinas, y el fiscal del caso, Omar Gómez Trejo, reclutaron como testigo protegido a López Astudillo.
“El Gil” fue el ariete para desmontar la verdad histórica sobre la desaparición de los estudiantes y su eventual localización.
López Astudillo, uno de los jefes de la banda delincuencial Guerreros Unidos, no fue localizado por la justicia federal, según dos acuerdos del Juzgado Segundo de Distrito de Amparo en Materia Penal en la Ciudad de México, instancia a la que “El Gil” solicitó un amparo para evitar ser detenido.
No localizan a “El Gil”
El 5 y 8 de abril, el Juzgado Segundo de Distrito de Amparo en Materia Penal en la Ciudad de México hizo públicas las diligencias de uno de sus actuarios que fue en busca de López Astudillo al domicilio que había registrado para su localización y no lo encontró.
Desde que López Astudillo se convirtió en Juan, la Fiscalía del Caso Iguala le entregó un pago en efectivo, le renta un sitio donde vivir, además escolta y chofer.
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Gran parte de la base de investigación que el actual gobierno desarrollo en la búsqueda de los 43 normalistas se cifran en los dichos de López Astudillo, que en la estructura de Guerreros Unidos se conocía como “El Gil” o “El Cabo Gil”.
Detenido y liberado
A López Astudillo lo detuvieron el 16 de septiembre de 2015, casi un año después de la desaparición de los 43 normalistas.
En junio de 2018 lo absolvieron del delito de delincuencia organizada; un amparo lo puso a salvo del secuestro de los estudiantes.
El 24 de agosto de 2019 recuperó su libertad debido a la resolución del Juez Primero de Distrito de Procesos Penales Federales en Tamaulipas.