El gobernador de Texas, Greg Abbott, llevó a cabo otra medida antiinmigrante, una ley que permite a los policías detener a toda persona que “parezca migrante” con el fin de expulsarla del país.

La medida confronta directamente a las autoridades federales, las únicas facultadas para deportar a ciudadanos extranjeros en Estados Unidos.

La ley otorga a los jueces locales la autoridad para ordenar a toda persona inmigrante que abandone el país.

Detractores califican la medida como una réplica de la ley de Arizona de 2010, que fue llamada popularmente como la ley “Muéstrame tus papeles” y anulada por la Corte Suprema federal.

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Tras el destino de esa ley, se cree que la actual, que entraría en vigor en marzo, también será impugnada en los tribunales.

Según la ley, cualquier agente de la Policía de Texas podrá detener a personas que le parezcan sospechosas de haber ingresado ilegalmente a Estados Unidos.

Ya bajo custodia, cumplimentarán la orden de un juez y serán expulsadas del país o ser procesadas por cargos menores de ingreso ilícito.

Si los migrantes no salen de Estados Unidos, podrían enfrentar otra detención pero ahora por cargos de delitos graves.

La ley además tensa el tema migratorio, pues al presidente Joe Biden le ofreció el Congreso más dinero para las guerras en Ucrania e Israel, a cambio de intensificar la seguridad fronteriza.