Horas después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador revelara que el Gobierno de Estados Unidos investigó si había nexos entre sus hijos y colaboradores con el crimen organizado, el diario The New York Times publicó el reportaje que preparó al respecto, concluyendo que no los había.
Las respuestas de López Obrador a los cuestionamientos de la jefa de corresponsalía del diario, Natalie Kitroeff, en torno a la investigación, derivaron en la pronta publicación del reportaje.
El presidente negó toda acusación y exhortó a los investigadores y a los periodistas a presentar las pruebas, acusando al diario de calumniador “de fama mundial”.
“De ninguna manera”, respondió a si la investigación afectará las relaciones bilaterales; sin embargo, consideró que Estados Unidos “ahora va a tener que informar”.
Y sobre si eso disminuirá la confianza de su gobierno en el de Joe Biden, López Obrador dijo simplemente que “el corrido lo dirá”.
Esta mañana, The New York Times apresuró la publicación de su reportaje intitulado “EE. UU. indagó acusaciones de vínculos del narco con aliados del presidente de México”, el segundo que realiza un medio estadounidense en menos de un mes sobre presuntos vínculos del mandatario con la mafia mexicana.
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El primero fue el de Tim Golden, para ProPublica, sobre una investigación de la DEA por una supuesta aportación económica del crimen a la campaña presidencial de López Obrador en 2006, pero que fue cerrada hace 13 años.
La actual aborda un supuesto financiamiento del crimen organizado a los hijos del mandatario y a sus colaboradores más cercanos antes y después de las elecciones de 2018 y algunos periodos de su sexenio que culminará en septiembre de 2024.
El reportaje de The New York Times retrata cómo funcionarios estadounidenses “pasaron años” construyendo una investigación a partir de “relatos que pueden ser difíciles de corroborar y que en ocasiones terminan siendo incorrectos”.
De cara a un nuevo proceso electoral, en el que el partido Morena con la candidata Claudia Sheinbaum tiene el camino allanado para el triunfo, se abordan los reportajes como parte de una guerra sucia contra López Obrador para vincularlo con el narco.
La reciente investigación, sin embargo, derivó en lo mismo que la realizada en 2006: “[No hay] ninguna conexión directa entre el propio Presidente y las organizaciones criminales”.
Eso fue lo que publicaron Alan Feuer y Natalie Kitroeff en la investigación que publicaron en el diario The New York Times, admitiendo que “gran parte de la información recopilada por funcionarios estadounidenses provino de informantes cuyos relatos pueden ser difíciles de corroborar y que en ocasiones terminan siendo incorrectos”.
De hecho, López Obrador consideró que todo se trata de una calumnia, tanto del gobierno estadounidense como del grupo editorial del diario.
El reportaje sostiene que “Estados Unidos nunca abrió una investigación formal sobre López Obrador y los funcionarios involucrados finalmente archivaron la investigación”, lo mismo que ocurrió con la de 2006.
Según el diario, tres personas relacionada al caso sostienen creen que se llegó a esa conclusión porque “el Gobierno de Estados Unidos tenía poco interés en presentar acusaciones contra el líder de uno de los principales aliados de Estados Unidos”.
Y es que las acusaciones son que un confidente de López Obrador se habría reunido en 2018 con Ismael Zambada García, capo del Cártel de Sinaloa; un fundador del Cártel de los Zetas habría pagado 4 millones de dólares a dos aliados del presidente “con la esperanza de salir de prisión”, y que había videos de sus hijos recibiendo dinero del crimen.
“Es una vergüenza, no cabe duda que este tipo de periodismo está en franca decadencia, es un pasquín inmundo”, acusó el mandatario durante su conferencia del jueves.