Los Rolling Stones festejan hoy la salida de su vigésimo cuarto disco de estudio, Alex Lora y el Tri harán lo propio con un concierto en Morelia para recordar que llevan 55 años rasgueando la guitarra y todavía faltan muchas notas por gritar.

Los tiempos podrían parecer una coincidencia, a no ser que el también creador de Three Souls un My Mind compartió una cronología rocanrolera con Mick Jagger, Keith Richard, Ronnie Wood y el ya fallecido Charlie Watts.

En diversos documentales se evidencian los encuentros que tienen ambas bandas, donde además de reconocerse como referentes cada quien a su medida y país, aprovechan el tiempo para jugar billar, intercambiar artículos y tomar discretas cervezas, al menos para la cámara.

Alex Lora superó la transición: vino del festival maldito de Acámbaro, pasó por los hoyos funkys, recorrió los pasillos de Televisa y Azteca, tocó en ciudades y países, escupió gobiernos, recibió premios y un montón de cosas que seguro ya no recuerda. Mantenerse vigente es una rebeldía.

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A las afueras del estadio Morelos, hay un paisaje tan multifacético como los discos que ha grabado en estudio el vocalista del Tri. Por un lado te encuentras a tipos tatuados por “todo Dios” con referencias a la música de Lora, pero hay señoras y señores que vienen a recordar aquellos tiempos en que el rock era un amuleto del diablo, y están los más jóvenes, los que vivirán su primera experiencia con el rock nacional más puro y estético.

Preguntarle al Tri lo que va a ofrecer es inútil, el cuestionamiento ideal es saber si el tiempo alcanza para satisfacer orejas que se vienen puliendo desde los 60. Nunca alcanza, pero los riffs, seguro sacarán la sonrisa de más de alguno.

Al interior y a las afueras de la casa del Atlético Morelia no hay venta de alcohol, pero cuando se trata de música, no hay anexo accidental que valga. Tres acordes, una chamarra de cuero y la dosis en cada cuerpo se va activar sin que alguien lo discuta. Al final, como dice el propio Alejandro Lora: Todo es por el rock and roll.