Tragedia en la madrugada: atropellamiento en Morelos Norte deja un muerto y una joven herida
evangelio | 6 abril, 2025

Apenas amanecía el domingo cuando la avenida Morelos Norte, en la capital michoacana, se convirtió en escenario de una tragedia. Frente al Pabellón Don Vasco, en las inmediaciones del Hotel Villa del Sol, un hombre fue atropellado y perdió la vida. A su lado, una joven de aproximadamente 22 años, identificada como Lesslie Melisa, quedó tendida sobre el pavimento con heridas de gravedad.

El incidente ocurrió alrededor de las 5:00 a.m., en una de las vialidades más transitadas del norte de la ciudad. Testigos que circulaban a esa hora dieron aviso a los servicios de emergencia. A su llegada, los paramédicos del Centro Regulador de Urgencias Médicas (CRUM) confirmaron el deceso del hombre en el lugar, mientras que la joven fue trasladada al Hospital de la Mujer, donde su estado sigue siendo delicado.

El conductor del vehículo fue detenido en el sitio por elementos policiales y presentado ante la Fiscalía General del Estado, que abrió una carpeta de investigación. Las primeras versiones indican que podría haber exceso de velocidad involucrado, aunque la fiscalía no ha confirmado si el conductor se encontraba bajo los efectos del alcohol.

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En un estado donde los reflectores suelen enfocarse en la violencia armada, los accidentes viales se han convertido en una epidemia silenciosa. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2023 se registraron más de 3,800 accidentes viales en Michoacán, con al menos 450 personas fallecidas, muchas de ellas en zonas urbanas. Morelia concentra una proporción significativa de estos incidentes, especialmente durante las madrugadas y fines de semana.

Este hecho se suma a una tendencia que deja ver más que cifras: muestra el desgaste de una ciudad que por momentos parece haber naturalizado la tragedia. Calles mal iluminadas, conducción temeraria, ausencia de cultura vial y una débil vigilancia forman parte de un entorno donde la fatalidad no es una sorpresa, sino una estadística esperando turno.

Mientras la vida cotidiana continúa en la avenida Morelos Norte, aún quedan sobre el asfalto las preguntas sin responder: ¿Qué falló? ¿Qué pudo haberse hecho distinto? Y, sobre todo, ¿cuánto más puede normalizarse el hecho de que caminar por la ciudad, o simplemente estar ahí, implique un riesgo de muerte?

Porque no siempre es la violencia del crimen organizado la que arrebata vidas en esta ciudad. A veces, es la velocidad. La imprudencia. El descuido. Y el silencio con que dejamos pasar, una vez más, el golpe seco de una tragedia que pudo haberse evitado.

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