Un adolescente de 15 años, identificado como Aarón G., perdió la vida este viernes tras ahogarse en la presa de Cointzio, ubicada al sur de Morelia. El incidente ocurrió en la zona conocida como La Campiña, un área de acceso libre frecuentemente utilizada por habitantes de la región para actividades recreativas y de pastoreo.

De acuerdo con los reportes preliminares, Aarón ingresó al agua montado en su caballo con la intención de bañarlo. Testigos señalan que el equino habría hecho un movimiento brusco, lo que provocó que el joven perdiera el equilibrio y cayera al agua. Aunque sus acompañantes intentaron auxiliarlo, el menor no logró salir a flote.

Los servicios de emergencia fueron alertados de inmediato. Elementos de la Policía Municipal, Protección Civil estatal y un equipo de buzos especializados participaron en la búsqueda. Tras aproximadamente tres horas de labores, el cuerpo fue localizado sin signos vitales y extraído de la presa.

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La Fiscalía General del Estado informó que se abrió una carpeta de investigación para esclarecer las circunstancias del hecho. Personal del Servicio Médico Forense (SEMEFO) realizó el levantamiento del cuerpo y llevará a cabo la necropsia de ley.

Hasta el momento, no se han identificado elementos adicionales relevantes fuera de los ya confirmados por las autoridades. Sin embargo, el entorno donde ocurrió el incidente carece de vigilancia, señalización o medidas preventivas visibles. Aunque no es la primera tragedia en esa zona, no existen aún políticas específicas que regulen la seguridad en cuerpos de agua públicos de acceso abierto como la presa de Cointzio.

Este caso vuelve a poner sobre la mesa la necesidad urgente de implementar lineamientos de prevención y control en espacios recreativos naturales. Tragedias como esta no solo dejan luto: también evidencian vacíos estructurales que, de no ser atendidos, seguirán repitiéndose.