El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que la mayoría de los ciudadanos estadounidenses recibirán un bono de al menos 2,000 dólares, financiado con los ingresos generados por los aranceles comerciales impuestos por su administración.

A través de su red social Truth Social, el mandatario aseguró que el beneficio alcanzará a todos los estadounidenses excepto a quienes perciben los ingresos más altos, y defendió su política arancelaria frente a las críticas de economistas y legisladores.

“¡Los que se oponen a los aranceles son tontos! Ahora somos el país más rico y respetado del mundo, con casi cero inflación y un mercado bursátil en niveles récord”, escribió Trump.

El presidente afirmó que los planes de jubilación 401(k) “se encuentran en su punto más alto”, y que gracias a los ingresos obtenidos por los gravámenes su gobierno podrá comenzar a reducir la deuda nacional. También destacó una “inversión récord” en el país, con nuevas plantas y fábricas en expansión.

“Se pagará un dividendo de al menos 2,000 dólares por persona, sin incluir a los de mayores ingresos”, añadió el líder republicano.

El anuncio llega días después de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos expresara dudas sobre la legalidad de los aranceles impuestos por la administración Trump a diversos países y territorios.

Los magistrados evalúan si el presidente puede ampararse en la Ley de Poderes Económicos en Emergencias Internacionales para imponer gravámenes sin la aprobación del Congreso, o si dicha medida invade atribuciones legislativas, ya que la Constitución otorga al Congreso la potestad de establecer impuestos y tarifas.

Trump reaccionó a las discusiones judiciales con una nueva publicación en su red social, en la que cuestionó las limitaciones que se le pretenden imponer al Ejecutivo.

“El presidente puede detener todo el comercio con un país extranjero o autorizar licencias, pero según algunos no puede aplicar un simple arancel por motivos de seguridad nacional. ¡Eso no fue lo que nuestros fundadores imaginaron! ¡Es absurdo!”, expresó.

El mandatario ha hecho de su política arancelaria uno de los pilares de su estrategia económica, argumentando que los impuestos a las importaciones fortalecen la producción interna, generan empleo y reducen la dependencia de proveedores extranjeros.