El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva con la que eleva el combate al fentanilo a un nuevo nivel, al clasificar esta sustancia como un “arma de destrucción masiva”. La medida forma parte de su estrategia para frenar el tráfico de drogas y enfrentar lo que calificó como una de las crisis más graves para la seguridad y la salud pública del país.

Durante un acto en la Casa Blanca, Trump aseguró que el fentanilo representa un peligro comparable al de una guerra. “Estamos hablando de cifras devastadoras de muertes cada año. No es solo una crisis sanitaria, es una amenaza directa contra los estadounidenses”, afirmó al anunciar la firma del decreto.

La orden instruye a los secretarios de Estado y del Tesoro a tomar acciones contra activos, redes financieras e instituciones vinculadas con la producción, distribución y comercialización de fentanilo ilícito, así como de sus principales precursores químicos. El objetivo es golpear las estructuras económicas que sostienen este mercado ilegal.

De acuerdo con datos oficiales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), más de 250 mil personas murieron entre 2021 y 2023 por sobredosis asociadas a opioides sintéticos, principalmente fentanilo, una cifra que refuerza la magnitud del problema descrito por el exmandatario.

Trump realizó el anuncio durante una ceremonia en la que se reconoció a militares por su labor en la frontera con México. En ese contexto, afirmó que actores extranjeros y organizaciones criminales están detrás del tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos, con la intención de causar daño a la población. También sostuvo que, durante su administración, se logró reducir en un 50 por ciento el flujo de esta droga a través de la frontera sur y aseguró que China ha colaborado en los esfuerzos para limitar su envío.

La orden ejecutiva también encomienda al Departamento de Seguridad Nacional la identificación de redes de contrabando mediante herramientas de inteligencia utilizadas para amenazas relacionadas con armas de destrucción masiva y proliferación. El documento sostiene que el fentanilo ilícito se asemeja más a un agente químico que a un narcótico tradicional y advierte que su uso podría escalar hacia ataques terroristas de gran impacto.

Con esta decisión, Trump refuerza su narrativa de mano dura contra el narcotráfico, al tiempo que plantea el combate al fentanilo como un asunto de seguridad nacional y no solo de salud pública.