El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desacreditó públicamente a su directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, al rechazar su evaluación de que Irán no está desarrollando un arma nuclear.
En declaraciones a bordo del Air Force One, Trump aseguró que Teherán está “muy cerca” de tener una ojiva nuclear, desestimando las conclusiones de su comunidad de inteligencia.
Los dichos del mandatario se produjeron tras su regreso de la cumbre del G7 en Canadá, y parecieron respaldar la reciente ofensiva aérea de Israel sobre instalaciones iraníes, justificada por el primer ministro Benjamin Netanyahu como una medida preventiva ante una amenaza nuclear inminente.
Consultado por las afirmaciones de Gabbard ante el Congreso, Trump respondió: “No me importa lo que ella haya dicho. Creo que estaban muy cerca de tener una”.
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Gabbard había informado que las agencias estadounidenses no creían que el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, hubiera reactivado el programa de armas nucleares cerrado en 2003, postura respaldada por una fuente de inteligencia citada por Reuters.
Según dicha fuente, Irán necesitaría al menos tres años para construir una cabeza nuclear funcional, aunque algunos expertos consideran que podría hacerlo en menos tiempo con tecnología menos confiable.
La oficina de la Dirección Nacional de Inteligencia no respondió de inmediato a los señalamientos.
Este episodio recuerda las fricciones entre Trump y las agencias de inteligencia durante su primer mandato, cuando el presidente favoreció las versiones del Kremlin por encima de evaluaciones propias sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016.