El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue recibido con abucheos durante el partido entre los Washington Commanders y los Detroit Lions, celebrado en el Northwest Stadium, en las afueras de la capital estadounidense.

Trump llegó al recinto poco antes del descanso, cuando el marcador se encontraba 10-22, acompañado del presidente del Congreso, Mike Johnson, y del empresario Josh Harris, dueño del equipo local, quien lo había invitado al encuentro. Su aparición en las pantallas del estadio provocó una reacción inmediata del público, con una mayoría de silbidos y gritos en su contra.

La tensión comenzó incluso antes de su llegada. El Air Force One, avión presidencial, sobrevoló el estadio a baja altura minutos antes de su aterrizaje en Washington, lo que también generó abucheos entre los asistentes. Pese a ello, Trump calificó el vuelo como un “espectáculo impresionante”.

“Fue increíble. Nadie ha hecho un sobrevuelo como ese. Son los mejores pilotos del mundo”, declaró el mandatario al bajar de la aeronave.

Durante el descanso del partido, el presidente participó en una breve ceremonia militar en el campo, donde volvió a ser recibido con abucheos, la tercera manifestación de desaprobación del público en menos de una hora.

La visita del mandatario se produce en medio de la controversia generada por un reporte de ESPN que asegura que Trump busca que el nuevo estadio de los Commanders lleve su nombre, propuesta que ha causado polémica entre aficionados y autoridades locales.

Aunque el presidente ha hecho de los eventos deportivos una constante en su segundo mandato, su presencia en Washington sigue siendo divisiva. La región, de mayoría demócrata, ha mostrado una marcada oposición a su gobierno, especialmente tras las consecuencias del prolongado cierre administrativo y los recientes recortes laborales en el sector público.

El episodio refleja el clima político polarizado que vive Estados Unidos, incluso en espacios tradicionalmente alejados de la confrontación partidista, como el deporte profesional.