El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la extensión por 90 días de la tregua comercial con China, evitando un nuevo incremento arancelario que amenazaba con intensificar el conflicto entre las dos mayores economías del mundo.

La prórroga, firmada mediante orden ejecutiva, mantiene sin cambios el resto de los elementos del acuerdo vigente, según indicó el propio Trump en su red social Truth Social. Beijing confirmó la medida a través de su Ministerio de Comercio.

La fecha límite original era la madrugada del martes, momento en que Estados Unidos podría haber aumentado los impuestos a las importaciones chinas del 30 % a un nivel más alto, y China podría haber respondido con más aranceles de represalia.

La pausa ha sido bien recibida por empresas estadounidenses con operaciones en China, que ven en ella una oportunidad para que ambos gobiernos avancen hacia un pacto más estable que incluya acceso ampliado al mercado y reducción de tensiones.

Sean Stein, presidente del Consejo Empresarial Estados Unidos-China, calificó la extensión como “crucial” para que las partes negocien un acuerdo que permita reactivar las exportaciones agrícolas y energéticas estadounidenses y otorgue certidumbre a largo plazo.

Paralelamente, Beijing anunció que ampliará las medidas de alivio a ciertas compañías estadounidenses, deteniendo temporalmente restricciones comerciales impuestas en respuesta a aranceles previos de Washington.

Sin embargo, persisten las diferencias sobre asuntos clave como la protección de propiedad intelectual y las políticas industriales de China.

Expertos advierten que, aunque puedan alcanzarse acuerdos limitados, como la compra de más productos agrícolas y el combate a químicos para la fabricación de fentanilo, la guerra comercial podría prolongarse durante años debido a la profundidad de las disputas estructurales entre ambos países.