El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está presionando a sus asesores para que adopten una postura más agresiva en materia de aranceles, según un informe del Washington Post, que cita a cuatro fuentes anónimas.
A pesar de las advertencias de Wall Street y el Capitolio, Trump parece decidido a intensificar su guerra comercial internacional, buscando medidas que reconfiguren la economía estadounidense.
El presidente ha reiterado su deseo de implementar un arancel universal, aplicable a la mayoría de las importaciones, independientemente de su origen.
Trump ha expresado arrepentimiento por no haber aplicado aranceles más amplios durante su primer mandato, culpando a sus asesores por persuadirlo de dar marcha atrás.
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El mandatario argumenta que los aranceles son una “victoria” para Estados Unidos, y que generarán empleos en el sector manufacturero y aumentarán los ingresos públicos.
En una entrevista con NBC News, Trump minimizó las preocupaciones sobre el aumento de precios de los automóviles debido a los aranceles del 25 % impuestos a los vehículos importados.
“Espero que suban los precios, porque si lo hacen, la gente comprará coches estadounidenses”, declaró.
El anuncio de los aranceles del 25 % a los automóviles importados, programado para entrar en vigor el 2 de abril, ha generado preocupación internacional.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha llamado a un enfoque “razonado” para abordar la escalada de la guerra comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos.
Además, Estados Unidos amenaza con imponer tarifas punitivas a productos europeos como vinos y champañas, con recargos del 200 %.