Agentes de inmigración de Estados Unidos comenzaron a desplegarse en varias zonas de Charlotte pese a las protestas de autoridades locales, lo que ha llevado a activistas, funcionarios electos y organizaciones comunitarias a monitorear de cerca las operaciones y ofrecer apoyo a los residentes más vulnerables.
El gobierno federal confirmó el sábado 15 de noviembre que se ha intensificado la presencia de agentes de inmigración en la ciudad más grande del estado, con detenciones reportadas en distintos puntos de la urbe. Esta medida forma parte de la estrategia del presidente Donald Trump de aumentar la vigilancia en ciudades importantes gobernadas por demócratas, generando preocupación entre quienes carecen de estatus migratorio legal y provocando múltiples demandas legales.
Charlotte, con una población de más de 900,000 personas y alrededor de 150,000 nacidos en el extranjero, cuenta con una alcaldesa demócrata, mientras que los senadores estatales son republicanos y Trump ha ganado en Carolina del Norte en las últimas tres elecciones presidenciales.
Pese a que los índices de criminalidad en la ciudad disminuyeron más del 20% en homicidios, robos y otros delitos durante los primeros ocho meses de 2025 respecto al mismo periodo de 2024, la administración federal ha justificado las redadas citando incidentes como el asesinato de la refugiada ucraniana Iryna Zarutska en agosto, perpetrado por un hombre con antecedentes criminales.
El incremento de operativos ha generado tensión entre los residentes y mantiene en alerta a las organizaciones que defienden los derechos de los inmigrantes, mientras la ciudad lidia con el debate sobre seguridad y control migratorio.