En la elección primaria de Nueva Hampshire del martes, se dio el resultado que la mayoría de los estadounidenses no quería: el expresidente Donald Trump y el presidente Joe Biden están muy cerca de competir en las elecciones que de noviembre de 2024.
Lo que se reveló en la última primaria es que el problema de los republicanos con Trump es que, aunque sigue convenciendo a una mayoría dentro de ese partido, el expresidente probablemente tendrá dificultades para ganarse el apoyo de republicanos moderados que necesitará en la elección de noviembre.
Encuestas revelan que hasta el 20 % de los republicanos que votaron en la primaria de Nueva Hampshire no votarían por Trump en la elección general, y hasta dos tercios de los votantes independientes tampoco votarán por el magnate populista.
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Nikki Haley, quien ganó el 65 % del voto de los independientes, argumenta que a sus 52 años, ella es la alternativa moderada republicana que puede derrotar al demócrata Biden, de 81 años, y con ello demostrar la vitalidad de su partido.
Sin embargo, su camino para ganar la nominación de su partido se ha vuelto mucho más difícil.
Por otra parte, la campaña de reelección de Biden ya está enfocada en la elección general contra Trump, centrándose en los peligros que representa Trump para el país si gana la presidencia, una estrategia que está dando resultados.
En Nueva Hampshire, Biden ni siquiera estaba en las boletas, pero más personas escribieron su nombre a mano, y así obtuvo más votos que cualquiera de sus dos contrincantes dentro del Partido Demócrata, cuyos nombres sí aparecían impresos en las papeletas.
La próxima elección primaria demócrata es la de Carolina del Sur, el 4 de febrero, donde se espera una amplia victoria del presidente.