El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la reapertura de la prisión de Alcatraz como parte de su discurso sobre el fortalecimiento del orden público en el país.
En una declaración cargada de referencias históricas y cinematográficas, el mandatario destacó el valor simbólico del antiguo penal como emblema de fuerza y control, afirmando que “representa algo muy poderoso en términos de ley y orden”.
Durante su intervención ante la prensa, Trump evocó la historia de Alcatraz, conocida por haber albergado a algunos de los criminales más peligrosos del siglo XX, y por su reputación como una cárcel prácticamente inescapable.
A pesar de un famoso intento de fuga sin resolución confirmada, el presidente subrayó que la prisión proyecta una imagen de dureza que el país necesita recuperar. “Nuestro país necesita ley y orden. Alcatraz es lo máximo”, expresó.
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Actualmente convertida en museo y una de las atracciones turísticas más visitadas de San Francisco, la instalación ha sido descrita por Trump como “un gran armatoste oxidándose y pudriéndose”.
Sin embargo, el mandatario sugirió que su legado aún puede tener un valor práctico, calificándola como un símbolo “horrible y hermoso, fuerte, miserable y débil”, capaz de influir en la narrativa de su gobierno sobre el combate al crimen.
Aunque no se ofrecieron detalles concretos sobre su futuro uso, Trump mencionó que su equipo está considerando propuestas relacionadas con Alcatraz.
“Vamos a echarle un vistazo”, dijo, dejando abierta la posibilidad de que esta emblemática prisión recupere un papel activo en su administración como parte de su política de mano dura contra la delincuencia.