Donald Trump logró una victoria crucial al ganar los caucus de Iowa, marcando un fuerte comienzo en las primarias republicanas y reforzando su conexión con los votantes de su partido.
Los partidarios de Trump enfrentaron una ola de frío histórica y potencialmente peligrosa para participar en las reuniones del caucus, las cuales se llevaron a cabo en escuelas, iglesias y centros comunitarios en todo el estado.
Se trata de los primeros resultados de un esfuerzo que durará varios meses por parte de Trump para asegurar una tercera nominación consecutiva por el Partido Republicano; sin embargo, parecen enviar un mensaje de que la nominación es suya.
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Nikki Haley, exembajadora ante Naciones Unidas, y Ron DeSantis, gobernador de Florida, son los principales rivales de Trump en las primarias. Ambos buscan asegurar el segundo lugar en Iowa para obtener impulso de cara a futuras contiendas.
Haley se está preparando para una fuerte competencia en Nueva Hampshire, donde espera ganar apoyo entre los votantes independientes de cara a las primarias del 23 de enero.
Por su parte, DeSantis se dirige directamente a Carolina del Sur, un bastión conservador, donde la votación del 24 de febrero podría resultar crucial, antes de dirigirse a Nueva Hampshire.
La última vez que un candidato republicano ganó en Iowa y luego obtuvo la nominación del partido fue en 2000, con el triunfo de George W. Bush.
Los caucus son un ejercicio previo a las elecciones primarias que se realizan en algunos estados por únicamente miembros del partido.