El partido fue en Leipzig, Alemania, pero el ambiente era similar al de cualquier clásico sudamericano. Bajo un diluvio y un griterío pasional en las gradas, Turquía y Austria protagonizaron el partido más emocionante de los octavos de final de la Eurocopa 2024.
Los turcos sufrieron en demasía y hasta el último segundo, pero lograron salir vencedores por marcador de 2-1, en un juego que dejó a futbolistas acalambrados por todas partes y al aficionado a este deporte absolutamente satisfecho.
Austria partía como favorito en la eliminatoria, pues en esta instancia ya gozaba de la etiqueta de “caballo negro”, como consecuencia de la buena fase de grupos que realizó; sin embargo, se encontró con un Turquía bravo que prácticamente jugó de local por la nutrida comunidad de migrantes que viven en Alemania.
Apenas al minuto de juego, los turcos sorprendieron al irse al frente en el marcador por la vía de Merih Demiral, quien en un tiro de esquina se encontró con el rebote y golpeó con decisión la pelota para mandarla al fondo del arco.
Esos primeros 45 minutos de partido fue de lo mejor que ha exhibido Turquía en esta Eurocopa, ya que su gran cualidad fue saber neutralizar la ofensiva austriaca e irse al descanso con la ventaja.
Te puede interesar: Países Bajos, penúltimo invitado a cuartos de final de la Eurocopa
Sin embargo, como una respuesta a la necesidad natural a la que los obligaba el marcador, en el segundo tiempo Austria empujó hasta lograr inclinar la balanza a su favor.
No obstante, Turquía fue paciente y volvió a golpear en el momento preciso, pues al 59′ de nueva cuenta en balón parado, apareció Merih Demiral para rematar de cabeza y poner el 2-0.
Con una lluvia que no cesaba en la cancha del Red Bull Arena, Austria no bajó los brazos y acortó la distancia al 66′, cuando en un tiro de esquina llegó Michael Gregoritsch para empujar la redonda hacia las redes.
Al partido le quedaba el tiempo suficiente para pensar en el empate, pero lo de Turquía fue resistencia pura mediante un planteamiento descarado de 5-4-1.
Teniendo como soporte a sus hinchas, los cuales son catalogados como de los más pasionales del futbol europeo, los futbolistas turcos se aferraron a su arco y rechazaron cuanta pelota se les cruzaba en el camino.
El árbitro decidió agregar cuatro minutos de compensación, y en el último segundo del juego, el mediocampista austriaco, Christoph Baumgartner, se coló en el área para rematar de cabeza un balón que tenía destino de gol, pero se hizo presente la mano salvadora del arquero Mert Günok para hacer lo que puede ser calificada como la atajada de la Eurocopa.
Pese al esfuerzo, a Austria ya no le alcanzó para más y terminó cayendo frente a una Turquía que dejó todo en el campo y que, desde ahora, ha provocado una fiesta en dos países de manera simultánea.