La farmacéutica Kenvue, fabricante de Tylenol, rechazó las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien pidió limitar el uso del medicamento en mujeres embarazadas por una supuesta relación con el autismo. La compañía afirmó que no existen evidencias científicas que respalden esa hipótesis.
Melissa Witt, portavoz de la empresa, señaló en entrevista con The New York Times que discrepan “rotundamente de cualquier sugerencia contraria a la ciencia independiente” y advirtió que tales mensajes pueden poner en riesgo la salud de futuras madres al desincentivar el uso de tratamientos seguros para condiciones médicas durante la gestación.
Trump calificó el incremento de casos de autismo en el país como una “crisis horrible” y aseguró que no existe desventaja en prescindir del fármaco. Además, instruyó que el producto sea etiquetado en centros de venta con advertencias sobre posibles riesgos, a pesar de que sociedades médicas y especialistas han defendido la seguridad del paracetamol bajo prescripción adecuada.
El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos recordó que los padecimientos que se atienden con este medicamento durante el embarazo, como la fiebre o el dolor, representan mayores riesgos para la salud de la madre y el bebé que cualquier efecto teórico. Según datos de la propia Kenvue, Tylenol es consumido anualmente por millones de personas en Estados Unidos y genera ventas cercanas a los mil millones de dólares.