Corría el año 2012, y en muchas partes del mundo solamente se hablaba de dos cosas: la predicción maya que indicaba que en diciembre el mundo llegaría a su fin y la cuarta pelea entre los boxeadores Juan Manuel Márquez y Manny Pacquiao.

Lo primero, evidentemente, no ocurrió, pero lo que sí llegó a su fin fue la hegemonía que tenía el filipino sobre el pugilista mexicano. En el quinto round de la pelea, Juan Manuel Márquez conectó un derechazo en el mentón de Manny Pacquiao que lo mandó a la lona de manera definitiva.

La pelea de aquel 8 de diciembre fue catalogada como la mejor del año, y no es para menos, pues el llamado “devora mexicanos” no fue un rival sencillo para Juan Manuel Márquez, pues incluso, en una ocasión lo derribó, además de lograr abrirle la nariz.

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El triunfo de Márquez representó una meta cumplida en su carrera, pues todo comenzó en 2004, cuando ambos pugilistas se enfrentaron a 12 rounds en la categoría Pluma, dando como resultado un emocionante empate.

La revancha se presentaría cuatro años más tarde, teniendo como sede el Mandalay Bay de Las Vegas, donde el filipino se llevó la victoria por decisión dividida de los jueces.

A partir de ahí, el llamado “Pacman” se convirtió en una especie de obsesión para el mexicano, pues la trilogía se concretó en 2011, pero el filipino volvió a demostrar porque era el mejor del mundo en ese momento y se llevó la pelea por decisión mayoritaria.

Fue hasta diciembre de 2012 cuando por fin Juan Manuel Márquez pudo levantar los brazos en señal de victoria y a once años de distancia, los combates que protagonizaron ambos pugilistas siguen estando marcados como uno de los más recordados en este deporte.