Las elecciones del 2024 son un momento crucial en México, pues se espera que los votantes elijan por primera vez entre las dos candidatas mujeres que se mantienen en primero y segundo lugar en las encuestas.
La favorita, Claudia Sheinbaum, de la coalición Morena-PVEM, quien tiene 61 años, es física y tiene un doctorado en ingeniería ambiental.
La física se mide con la candidata de la oposición, Xóchitl Gálvez, una ingeniera de ascendencia indígena, que salió de la pobreza para convertirse en empresaria tecnológica.
En septiembre de 2023, el politólogo Jesús Silva-Herzog Márquez señaló que “México, a finales del año que viene, va a estar gobernado por una mujer”, y agregó que era un “cambio extraordinario” para el país.
Por su parte, la investigadora asociada del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especialista en género, violencia y políticas públicas, Ana Gabriela Rincón, destacó que “por primera vez en el México contemporáneo, el México independiente, 200 años después, una mujer va a ocupar la Presidencia, entonces eso en términos simbólicos es muy importante”.
Sin embargo, considera que falta mucho para que sea un logro completo en un país donde once mujeres son víctimas de feminicidios cada día.
El 5 de septiembre, Sheinbaum fue elegida como la candidata presidencial de la coalición Morena-PVEM, se considera que su vínculo con López Obrador le brinda una ventaja clave de cara a las elecciones, pues es la favorita para ocupar la silla presidencial en la mayoría de las encuestas.
Algunos analistas consideran que, si Sheinbaum llega a la presidencia, la influencia de López Obrador se extenderá hasta el próximo sexenio debido a que la candidata le tiene una “lealtad ciega”.
Si Sheinbaum fuera electa, “podría haber cambios en ciertas políticas, aunque los esbozos generales de su agenda seguirán intactos”, señala un reporte reciente del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
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Sin embargo, la morenista también da muestras de posibles cambios, como al mostrar su apoyo por las fuentes de energía renovable.
Sheinbaum estudió física e ingeniería energética en México antes de hacer su investigación de doctorado en el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley en California. Luego de incursionar en la política, se convirtió en la principal funcionaria de medioambiente de la gestión de López Obrador cuando él fue jefe de gobierno de Ciudad de México.
Por su parte, su rival y segundo lugar en las encuestas, Xóchitl Gálvez, quien se enfoca en resaltar su origen humilde como hija única de padres indígenas, podría enfrentar obstáculos con el legado de la actual gestión si buscara revertir sus políticas, como las medidas de austeridad o la participación del ejército en labores sociales.
Gálvez creció en un pueblo pequeño cerca de la CDMX, estudió ingeniería con una beca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y fundó una empresa que diseña redes de comunicación y energía para edificios de oficinas.
Después de que Vicente Fox ganó la presidencia en el año 2000, la nombraron encargada de la comisión presidencial de asuntos indígenas. En 2018 fue electa senadora por el conservador Partido Acción Nacional (PAN).
“A la mayoría nos alegra, consideramos positivo que llegue una mujer, pero eso no significa que no sigan las demandas por la erradicación de la violencia hacia mujeres y niñas”, agrega Ana Gabriela Rincón.
Sin embargo, considera que en el país de las cruces rosas, el de los miles de madres que buscan a sus hijos desaparecidos, en el que reconoció por primera vez oficialmente los feminicidios, ese será sin duda uno de los retos más urgentes de la próxima presidenta, la primera de México.
La doctora y maesta en teoría política, Amneris Chaparro, destaca una pregunta que fue recurrente en esta campaña electoral: “¿está México listo para una mujer presidenta?”.
Y lo que más le preocupa sobre el cuestionamiento es que desemboque en reacciones más violentas.
Ante cualquier falla de la nueva presidenta, se dirá que es una falla de todas las mujeres, cuando un montón de hombres han gobernado, se han equivocado y estos errores no se han pensado como fallas del género masculino, explica.
En las elecciones presidenciales del próximo 2 de junio, los votantes no solo elegirán al presidente, sino también a los miembros del Congreso, y también podrían determinar si México se prepara para volver a un sistema del Partido Revolucionario Institucional (PRI) o continúa con Morena.