Una Fiscalía a medio cuerpo: Michoacán opera con la mitad del personal que necesita
evangelio | 10 octubre, 2025

La Fiscalía General del Estado enfrenta un déficit que la deja trabajando con solo la mitad del personal que requiere para investigar los delitos que se cometen en la entidad. Entre policías de investigación y ministerios públicos, la institución se sostiene con recursos humanos al límite, en un contexto donde la violencia no da tregua y los casos se acumulan.

El fiscal Carlos Torres Piña reconoció que actualmente hay 834 agentes de investigación activos, cuando el ideal operativo sería de 1,668, y 641 ministerios públicos, pese a que la meta es llegar a 1,282. Es decir, Michoacán trabaja con apenas el 50 por ciento de su fuerza ministerial, una cifra que refleja más que falta de contrataciones: muestra el tamaño del rezago estructural con el que opera la justicia estatal.

La escasez de personal no es nueva, pero el dato cobra peso tras la reciente reestructuración de la institución. El propio fiscal explicó que el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública había previsto comenzar la ampliación de plazas hasta 2026; sin embargo, la FGE adelantó el proceso gracias a una reorganización presupuestal interna.

Como parte de ese ajuste, se lanzó una doble convocatoria: una abierta al público para captar nuevos perfiles y otra interna, dirigida a fortalecer la carrera de los elementos ya en servicio. En la primera ronda, la Fiscalía contrató a 70 oficiales de la Policía de Investigación y abrió 20 plazas para agentes del Ministerio Público litigante, con el objetivo de aliviar la carga operativa y mejorar la atención en campo y en los procesos judiciales.

A la par, la institución mantiene programas de capacitación especializada, con enfoque técnico y de género, para reforzar las habilidades de investigación, litigio y acompañamiento a víctimas. Estos esfuerzos buscan no solo llenar vacantes, sino profesionalizar un aparato que ha cargado por años con limitaciones logísticas, burocráticas y presupuestales.

El déficit sigue siendo alto, pero por primera vez la FGE intenta revertirlo con un plan integral: reclutar, capacitar y estabilizar su estructura. Una tarea que, más que administrativa, es una carrera contra el tiempo en un estado donde la justicia avanza, literalmente, con medio cuerpo.

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