Lo que comenzó como una noche de celebración terminó en tragedia. María José Ardila, una joven de 23 años, murió luego de intentar completar un reto de consumo de alcohol en un bar de Cali, Colombia, que ofrecía premios en efectivo a quienes lograran ingerir grandes cantidades de licor en pocos segundos.
De acuerdo con el relato de su padre, Andrés Ardila, la joven había salido con dos amigas para celebrar el cumpleaños de una de ellas. Tras cenar, decidieron continuar la fiesta en una discoteca muy popular de la ciudad, donde el establecimiento promovía una serie de “retos alcohólicos” con distintos premios, el más alto de ellos por 1.500.000 pesos colombianos (equivalentes a unos 6,500 pesos mexicanos).
Entre los desafíos figuraban pruebas como beber varios shots sin pausa o consumir aguardiente durante más de diez segundos sin derramar una gota. María José, según su padre, aceptó varios de los retos, entre ellos uno que exigía tomar ocho tragos seguidos con un pitillo, correspondiente al premio mayor.
“Ella empezó con cerveza, luego con aguardiente, después tequila… eran cosas absurdas”, narró su padre. “En un momento bebió un cóctel oscuro, dijo que sabía muy mal y se desplomó enseguida”.
Los presentes intentaron auxiliarla, pero según la familia, el personal del local no actuó con rapidez ni se hizo responsable de la situación. Las amigas de María José intentaron conseguir un taxi, pero los conductores se negaron a llevarla creyendo que solo estaba ebria. Finalmente, un amigo las trasladó al hospital.
En el centro médico, los médicos lograron reanimarla tras varios minutos sin signos vitales, pero su condición era crítica. “Su cerebro estuvo sin oxígeno más de tres minutos. Eso causó muerte cerebral”, explicó su padre.
Durante dos días permaneció en la Unidad de Cuidados Intensivos, sin mostrar mejoría. La familia tomó la dolorosa decisión de desconectarla tras confirmarse que no existían posibilidades de recuperación.
“Fueron los dos peores días de mi vida. La vi morir tres veces antes de que la entubaran. Luchó todo lo que pudo, pero no había esperanza”, expresó Andrés, entre lágrimas.
Las autoridades locales informaron que ya investigan al establecimiento donde ocurrieron los hechos y no descartan sanciones por irresponsabilidad en la venta y promoción de alcohol.